Ya está en imprenta mi nuevo libro de poemas… en marzo o abril haremos la presentación. Va este anuncio como buen augurio para el 2021!! A continuación una selección de poemas (10 de 90). Que los disfruten, a la espera del resto. ¡Abrazos!
Mármoles, arenas y peces triturados
no me dan tregua, mar:
¿por qué te cansás golpeando mis rodillas?
¿No ves que soy más fuerte
que vos, que te agitás
en esa taza cósmica mal llamada “océano”?
En cambio yo estoy aquí sostenido y pronto a disolverme
para que no puedas romperme ni alcanzarme.
Sin embargo mientras viva quiero darte todo
porque me embriagan el olor a peces y a tierras lejanas
que traes en tu espuma.
*
Estrictamente hablando, mar, estamos solos
en este raro multiverso que
ni mis ojos ni los tuyos abarcan.
Mis lentas pupilas no vislumbran más que resplandores
fugaces, tus espumosas olas son gemidos
mínimos en el cosmos, arrogante fuerza aquí
pero en la vía láctea pequeña que habitamos
tu ruido no llega a oírse muy lejos.
Sólo nos queda encontrar el silencio
hacia el amor, aceptar al doliente y que
tu respiración y la mía sean música.
*
Levantar los ojos de la página
para leer el mundo
la gran ilusión de los poetas.
Desilusión de necesitar palabras
para encantar otra vez la vida
montar a Rocinante
y recomenzar la aventura.
*
La belleza del mundo como toros o nubes
mientras atardece o cae la tarde
y el deseo de vivir en alguien no se olvida
y persiste ¿por qué? Persiste
más que los evanescentes toros blancos
que en silencio y suaves se dilatan arriba.
No poder ser de un solo instante
nos empuja a unos ojos y a otros
que nos miren en sed inacabada
y la tarde que no es agonía sino
cantos unánimes incontables matices
y el sol no es quien se desangra
sino una luz serena que volverá mañana.
*
Me aburre el aire del paraíso
porque no sé respirarlo
y creo que la poesía son palabras
y no silencio
y sigo dejando rastros
huellas, monumentos, ruidos.
*
El árbol toma en sus ramas la guitarra
que perdió el aroma de las flores
pero no la música secreta de su hojas.
Crédulo el hombre se deja llevar por la madera
que es lluvia de manos en la brisa
y libre danza sobre las cuerdas húmedas.
Un ser sinfónico gotea
vaciándose de savias viejas
en el último otoño de su alma.
*
La uña de mi árbol
de arena concentrada
confronta al mar
dureza de antiguos caracoles.
De tanta ola rozándole
decidió no trabajar nunca
olvidó lo que sintió tanto
para oír el eco de su remoto origen.
Recordó el largo viaje
de sus granos de lluvia
por el espacio oscuro
fruto que se hizo flor en su copa.
*
Lo que llamamos yema
es una abrupta abeja
espiral en vía láctea repetida
libando y libando al tacto la ceniza.
Pétalos del mundo, lo que llamo falange
es sueño de asir el viento que nos toca
gusano en tierra fresca poros todos
abiertos al nutricio deleite.
Así bajo al valle de las palmas
conozco el verdadero océano
región de brujas, larga vida, exilio
junta de prana, leche, corazones.
*
Comenzar con los dedos del zapato
hubiera sido épico
tan lejanos como el páncreas o el hígado
o el mitológico intestino azul.
Aires cordilleranos de los dorsos
caparazones protectores, pulpos,
nudillos agresivos, expectantes, tensos,
plataforma del dardo de los dedos.
¡Cuánto de mí hay en vos, mano tocadora,
acariciadora, palpadora mano!
Sos mi rostro y mi cerebro sensible
constante en el mundo como la respiración o el latido.
*
La vida simple de una gaviota
la araña girando y deambulando
cerca de la orilla con sus patas húmedas
la abeja que agoniza y quiere libar el mar.
El acto creativo, solitario, del mar
lo salva de sí mismo
conoce las variantes infinitas
de lo que es igual y recomienza.
Los tonos variables de la ola
su arqueo, su melodía, matices
de la creación del mar constante
que lo salva de la soledad y de la muerte.
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Arte de tapa: Mariel Galarza
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